Su trabajo combina ciencia, técnica y sensibilidad, ya que es quien interpreta lo que la tierra y el clima tienen para decirnos cada año y quien toma decisiones clave en cada etapa del ciclo. Es el profesional responsable de dirigir y supervisar todo el proceso de elaboración del vino, desde la uva hasta la botella.
Nuestro enólogo ve en los desafíos que se presentan en cada cosecha, como los cambios del suelo y del clima, no una complicación sino un estímulo. Le apasiona descubrir cómo esos factores influyen en el carácter del vino y jugar creativamente con las posibilidades que surgen. Su mirada curiosa y su compromiso con la calidad nos inspiran día a día.
En una bodega como la nuestra, donde el respeto por la tierra es una prioridad, el rol del enólogo es clave. Es él quien garantiza que cada botella refleje no sólo un estándar de calidad, sino también una identidad, una coherencia con nuestros valores y con nuestra historia.
Hoy, levantamos la copa por Héctor y por todos los enólogos que, con su pasión y dedicación, hacen posible que el vino sea mucho más que una bebida: una experiencia, una cultura, una conexión con la tierra.
¡Feliz día, Héctor!